lunes, 25 de diciembre de 2017

El parto

Sinceramente, TODO lo que te cuentan en los cursos de preparación al parto, las experiencias de familiares, amigas y conocidas y lo que lees durante el embarazo, el día del parto no sirven de gran ayuda para que estés menos asustada. Lo único cierto de ese momento, es que cada parto, igual que cada bebé, es un mundo, y que con el tiempo se olvida... si no, la gente no repetiría.
El 16 de mayo empezó, como todos los días de las últimas 5 semanas, con los pies hinchados, un cansancio normal cuando no encuentras una postura en la que descanses bien durante la noche, y con una bebé tremendamente inquieta dentro de la tripa.
Antes de nada, me gustaría decir que el trato que recibí por parte de mi ginecóloga, la doctora Amalia Moreno, la matrona y todo el equipo que trabaja con ella (pediatra, anestesista y enfermeras) fue increíble.

Tenía revisión a las 11 con mi doctora en el hospital privado en el que ella trabajaba (POSIBLE) PRIMER ERROR. Tenía contracciones y la bolsa fisurada, y a las 12 me estaban inyectando la oxitocina para que las contracciones "se pusieran serias" (palabras de la ginecóloga).
Todo iba bien, a pesar de que las contracciones de la oxitocina dicen que son más dolorosas que las naturales (y que papá aún ni siquiera había cogido el tren desde Madrid), hasta que el dolor empezó a ser insoportable y pedí la epidural. SEGUNDO ERROR. El dolor no era nada comparado con el miedo que pasé después. Primero, al anestesista, con mi desviación de columna, le costó 4 pinchazos poder dar con "el sitio", y finalmente tuvo que ponerla en diagonal (o algo así me explicaron en medio de todo lo que estaba pasando)...lo que me dejó con una pierna dormida DURANTE 2 DÍAS y la piel de la pierna totalmente insensible durante OTROS 10. Con la epidural, a la bebé se le bajaron las pulsaciones, e inmediatamente después, a mi se me desplomó la tensión. ¿Resultado? Hubo que detener el trabajo de parto hasta que las dos volvimos a tener los parámetros normales. Serían las 6 de la tarde. Cuando todo se calmó, volvieron con la oxitocina, pero las contracciones no volvieron a darse hasta 2 horas después (tuvieron que volver a darme anestesia por la vía (que no sabia) que tenía en la espalda.
Papá llego a la 9 de la noche y la bebé aún estaba encajada en la parte baja de mis costillas. No le apetecía salir...
Las contracciones eran tan fuertes que aun con la epidural las notaba y llegaron los vómitos (geniales para ayudar al bebé a bajar según la doctora y la matrona, pero una faena si llevas desde las 7 de la mañana sin comer nada y sin descansar).

A las 22:45 me pasaron de la sala de dilatación al paritorio porque ya había dilatado lo suficiente, pero ni yo tenia fuerzas ni la pequeña estaba por la labor de salir de ahí. A las 23:15, al borde de una cesárea, la ginecóloga decidió probar la ventosa antes de llegar a ese punto. Me pidieron consentimiento y dije que si. TERCER ERROR. Al parecer, el equipo no se había revisado recientemente, y perdía aire (no hacía bien la succión) por lo que la ventosa no hacia el efecto que debía... Pero finalmente a las 23:22 la #minigatita llegó al mundo, muy cansada, y no respiraba bien... ¿Qué pasó? os lo cuento en la próxima entrada.

¿Cómo fue vuestro parto? ¿Optasteis por hospital público o privado? Contadme vuestra experiencia en los comentarios 😊

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